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QUE CIERTOS EJEMPLOS DE SAN MARTÍN Y SAN ESTABAN NO SE HAN DE TOMAR
LITERALMENTE COMO EJEMPLOS DE ELEVACIÓN HACIA ARRIBA DURANTE LA ORACIÓN
Con respecto a lo que algunas personas
dicen sobre san Martín y san Esteban, debemos recordar que, aunque tuvieron
visiones de Cristo, fueron gracias extraordinarias destinadas a confirmar una
verdad espiritual. Estas personas saben muy bien que Cristo no llevó nunca la
capa de san Martín -¡cómo si tuviera necesidad de ser protegido contra los
elementos!-. No, esta manifestación fue para instrucción de aquellos de
nosotros que somos llamados a la salvación como miembros de un único cuerpo de
Cristo. Cristo confirmaba, de esta forma simbólica, lo que ya había enseñado en
el Evangelio. Allí leemos que todo aquel que viste a un pobre o le sirve en una
necesidad material, física o espiritual por amor de Jesús, ha servido de hecho
a Jesús mismo y será recompensado por él. En este ejemplo particular el Señor
en su sabiduría decidió ratificar el Evangelio con un milagro y por eso se
apareció a san Martín vestido con la capa que éste había dado a un pobre. Toda
revelación como ésta hecha a los hombres en la tierra tiene un profundo
significado espiritual. Y, por mi parte, creo que si la persona que la recibe
pudiera captar este significado profundo de manera distinta, la visión sería
innecesaria. Aprendamos, pues, a ir más allá de la dura corteza y morder en lo
jugoso del fruto.
¿Cómo haremos esto? Ciertamente, no como
los herejes, pues son como borrachos que han apurado la copa y después la
estrellan contra la pared. Mantengámonos en la verdad y evitemos esta grosera
conducta. No debemos comer tanta fruta que lleguemos a aborrecer el árbol, ni
hemos de beber tan desenfrenadamente que rompamos la copa cuando nos hayamos
llenado. Ahora bien, el árbol y la copa representan visiones extraordinarias y
otras gracias sensibles tales como los gestos de devoción que he señalado. La
fruta y el vino representan el profundo significado espiritual de estas
gracias. Si estos gestos están inspirados por el Espíritu, tienen sentido y son
genuinos; de lo contrario, son hipócritas y falsos. Cuando son auténticos, son
ricos en fruto espiritual, por eso no debemos despreciarlos. ¿No besa
reverentemente la gente noble la copa por el vino que contiene?
Por lo que respecta a la ascensión
física de nuestro Señor a la vista de su madre y de sus discípulos; ¿han de
entender esto los contemplativos como una invitación a estar absortos durante
la oración, esperarlo contemplarle entronizado en su gloria o de pie en los
cielos como lo vio san Esteban? Ciertamente, él no espera que escudriñemos el
cielo durante el tiempo de nuestra actividad espiritual con el fin de
contemplarle de pie, sentado, echado o en cualquier otra postura. No conocemos
en realidad la naturaleza de la humanidad glorificada de nuestro Señor, ni
conocemos tampoco la posición que ha adoptado en el cielo. Esto es trivial, por
otra parte. Lo que sabemos es que su cuerpo humano y su alma están unidos para
siempre con su divinidad en la gloria. No sabemos ni necesitamos saber qué
hace, tan sólo que se posee a sí mismo en completa libertad. Cuando en una
visión se revela a sí mismo en esta o aquella postura, lo hace para poner de
relieve su mensaje espiritual y no para manifestar su semblante celestial.
Voy a clarificar más esto con un
ejemplo. Estar de pie es símbolo de asistencia o apoyo. Antes de la batalla,
por ejemplo, un amigo dirá a otro: "Ánimo, camarada. Lucha bravamente y no
decaigas de ánimo, pues yo estaré a tu lado". Obviamente, cuando dice
"yo estaré a tu lado", no se refiere a la postura física, pues quizá
caminan en un escuadrón de caballería hacia una batalla que se ha de librar a
caballo. Quiere decir que él estará allí dispuesto a ayudar. De modo semejante,
nuestro Señor se apareció de pie a san Esteban durante su martirio para darle
ánimos. No tenía intención de darnos una lección de cómo soñar despiertos. Más
bien, es como si dijera a todos los mártires en la persona de san Estaban:
"¡Mira, Esteban! He rasgado el firmamento para revelarme a mí mismo como
presente aquí. Has de saber que yo estoy realmente a tu lado con mi fuerza
omnipotente y dispuesto a ayudarte. Así, pues, mantente en tu fe y soporta
animosamente el mortal asalto de los que te apedrean, pues te coronaré con la
gloria por el testimonio que has dado de mí, y no sólo a ti, sino a todos
aquellos que sufren por mi amor".
Espero que entiendas ahora que estas
revelaciones físicas van dirigidas a manifestar una verdad espiritual, aunque
pueda quedar oculta a un observados superficial.
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