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CÓMO ALGUNOS JÓVENES PRINCIPIANTES PRESUNTUOSOS INTERPRETAN MAL LA PALABRA
"DENTRO"; LOS ENGAÑOS QUE RESULTAN DE ELLO
El fracaso de que estoy hablando se
origina del siguiente modo. El neófito oye y lee que debe dejar de aplicar sus
facultades externas a las cosas externas y trabajar interiormente. Bien
entendido, esto es cierto. Pero como este sujeto no es capaz de trabajar
interiormente, sus esfuerzos llegan a frustrarse. Se vuelve morbosamente
introspectivo y fuerza sus facultades, como si por fuerza bruta pudiera hacer
que sus ojos vieran y sus oídos oyeran cosas interiores. De igual manera abusa
de sus sentidos exteriores y de sus emociones. Así violenta su naturaleza
presionando sobre su imaginación tan brutalmente con su estupidez, que su mente
al fin estalla. Entonces queda abierto el camino al enemigo para simular
cualquier fantasía de luz o sonido, algún suave olor o gusto delicioso. El demonio
puede también excitar sus pasiones y despertar toda suerte de sensaciones raras
en su pecho o entrañas, su espalda, sus extremidades y otros órganos.
El pobre insensato, por desgracia, queda
atrapado por estos engaños y cree que ha alcanzado una contemplación de Dios
llena de paz por encima de toda tentación de pensamientos vanos. En realidad,
no está del todo equivocado, ya que ahora se encuentra tan saciado de mentiras
que los vanos pensamientos realmente no le turban. ¿Por qué? Porque el mismo
enemigo, que le podría molestar con tentaciones si estuviera entregado a una
oración genuina, es el encargado de dirigir esta pseudo-actividad y no es tan
estúpido como para entorpecer su propia
obra. Con gran astucia deja al insensato atrapado en sus redes entretenido en
suaves pensamientos sobre Dios, a fin de que no se descubra su perversa mano.
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