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DEL MODO DE MEDITAR PROPIO DE LOS CONTEMPLATIVOS
Los que, sin embargo, están
continuamente ocupados en la contemplación, experimentan todo esto de modo
diferente. Su meditación se parece más a una intuición repentina o a una oscura
certeza. Intuitiva y repentinamente se darán cuenta de sus pecados o de la
bondad de Dios, pero sin haber hecho ningún esfuerzo consciente para comprender
esto por medio de la lectura u otros medios. Una intuición como esta es más
divina que humana en su origen.
De hecho, en este punto no me importa
que dejes de meditar tanto en tu naturaleza caída como en la bondad de Dios.
Supongo, naturalmente, que estás movido por la gracia y que has pedido consejo
para dejar atrás estas prácticas. Pues entonces basta con centrar tu atención
en una simple palabra tal como pecado
o Dios (u otra que prefieras), y sin
la intervención del pensamiento analítico puedes permitirte experimentar
directamente la realidad que significa. No emplees la inteligencia lógica para
examinar o explicar esta palabra, ni consientas ponderar sus diferentes
sentidos, como si todo ello te permitiera incrementar tu amor. No creo que el
razonamiento ayude nunca en la contemplación. Por eso te aconsejo que dejes
estas palabras tal cual, como un conjunto, por así decirlo.
Cuando pienses en el pecado, no te
refieras a ninguna en particular; sino sólo a ti mismo, y tampoco a nada
particular en ti mismo
Creo que esta oscura conciencia global
del pecado (refiriéndote sólo a ti mismo, pero de una manera indefinida, como a
conjunto) puede incitarte a la furia de un animal salvaje enjaulado. Cualquiera
que te observe, sin embargo, no notará ningún cambio en tu expresión y supondrá
que estás perfectamente tranquilo y en orden. Sentado, caminando, echado,
descansando, de pie o de rodillas aparecerás completamente relajado y en paz.
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