45.-
UNA BUENA EXPOSICIÓN DE CIERTOS ENGAÑOS QUE PUEDEN ACECHAR AL CONTEMPLATIVO
Te debo advertir que un joven novicio,
sin experiencia en la contemplación, está expuesto a una gran decepción si no
está constantemente alerta y no es lo suficientemente sincero para buscar un
guía seguro. El peligro es que puede dar al traste con su fortaleza física y
caer en aberraciones mentales por medio del orgullo, la sensualidad y una
engañosa sofistería.
He aquí cómo puede insinuarse la
decepción. Un joven o una joven recién iniciado en el camino de la
contemplación empieza a oír hablar del deseo por el que el hombre eleva su corazón
a Dios, ansiando incesantemente experimentar su amor; oye hablar también sobre
la tristeza que acabo de describir. Considerándose vanamente diestro y
sofisticado en la vida espiritual, no tarda en comenzar a interpretar lo que
oye en términos literales y materiales, perdiendo completamente de vista el
sentido espiritual más profundo. Y por eso violenta locamente sus recursos
físicos y emocionales más allá de toda razón. Despreciando la inspiración de la
gracia y excitado por la vanidad y la presunción, fuerza su aguante tan
mórbidamente que en poco tiempo se encuentra fatigado y extenuado en cuerpo y
espíritu. Después siente la necesidad de aliviar la tensión creada buscando una
compensación baladí, material o física, como relajación del cuerpo y del espíritu.
Suponiendo que salga de esto, su ceguera
espiritual y el abuso que inflige a su cuerpo en esta pseudo-contemplación
(pues difícilmente se puede llamar espiritual) le pueden llevar a fomentar sus
pasiones de forma no natural o a crear en él un estado frenético. Y todo ello
es el resultado de una pseudo-espiritualidad y de un maltrato del cuerpo. Está
instigado por su enemigo, el demonio, que se vale de su orgullo, sensualidad y
presunción intelectual para engañarle.
Esta clase de personas creen, por
desgracia, que la exaltación que sienten es el fuego del amor encendido en sus
pechos por el Espíritu Santo. De este engaño y otros semejantes surgen males de
todas clases, mucha hipocresía, herejía y error. Esta especie de
pseudo-experiencia trae consigo el falso conocimiento propio de la escuela del
diablo, de la misma manera que la auténtica experiencia comporta la comprensión
de la verdad enseñada por Dios. Créeme cuando te digo que el diablo tiene sus
contemplativos como Dios tiene los suyos.
La falsedad de las pseudo-experiencias y
del falso conocimiento se da de mil maneras y situaciones según las diferentes
mentalidades y disposiciones de los engañados, de la misma manera que la
experiencia verdadera asume muy diferentes formas subjetivas. Pero voy a
detenerme aquí. No quiero cargarte con más conocimientos de los que necesitas
para hacer seguro tu camino. ¿De qué puede servirte el oír que el maligno ha
engañado a grandes clérigos en diferentes etapas de su vida? De nada, estoy
seguro. Por eso, sólo describiré aquellas trampas que puedes encontrar con más
facilidad a medida que avanzas en esta obra. Te digo que puedes ser avisado de
antemano y evitarlas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario