42.-
QUE NO TENIENDO MODERACIÓN EN LA CONTEMPLACIÓN, EL HOMBRE PUEDE LLEGAR A LA
PERFECTA MODERACIÓN EN TODO LO DEMÁS
Quizá estés preguntándote ahora cómo
determinar la medida adecuada en la comida, la bebida, el sueño y demás. Te
contestaré brevemente: conténtate con aceptar las cosas según vienen. Si te
entregas generosamente a la obra del amor, estoy seguro de que sabrás cuándo
has de comenzar y terminar cualquier otra actividad. No puedo creer que una
persona entregada con toda su alma a la contemplación pueda errar por exceso o
por defecto en estos asuntos externos, a menos que sea una persona que siempre
yerre.
¡Ojalá yo pudiera estar siempre
preocupado y ser fiel a la obra del amor en mi corazón! Dudo que entonces me
preocupase mucho de mi comida, bebida, sueño y conversación. Pues ciertamente
se consigue antes moderación en estas cosas por despreocupación de las mismas
que a través de una introspección angustiosa, como si esta ayudara a determinar
la medida adecuada. Con seguridad nada de lo que haga o diga puede realmente
conseguirlo. Que otros digan lo que quieran; la experiencia es mi testigo.
Por eso te digo, una vez más, eleva tu
corazón con un ciego impulso de amor, consciente ora del pecado, ora de Dios,
deseando a Dios y detestando el pecado. A este le conoces demasiado bien, pero
tu deseo tiende hacia Dios. Pido que el buen Dios venga en tu ayuda, pues al
llegar a este punto le necesitarás muchísimo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario