domingo, 12 de abril de 2015

LA NUBE DEL NO-SABER.- 29.



29.- QUE EL HOMBRE HA DE PERSEVERAR PACIENTEMENTE EN LA OBRA DE CONTAMPLACIÓN, SOPORTANDO ALEGREMENMTE SUS SUFRIMIENTOS Y SIN JUZGAR A NADIE

Quien desee recuperar la pureza del corazón perdida por el pecado y conseguir esa integridad personal que está por encima de todo sufrimiento, ha de luchar pacientemente en la actividad contemplativa y mantenerse en el tajo, haya sido pecador habitual o no. Pecadores e inocentes sufrirán en esta tarea, aunque obviamente los pecadores sentirán más el sufrimiento. Sucede, sin embargo, con frecuencia, que muchos que han sido grandes y habituales pecadores llegan antes a la perfección de ella que aquellos que nunca han pecado gravemente. Dios es verdaderamente maravilloso al derramar su gracia en aquellos que elige; el mundo se queda abrumado, aturdido, ante un amor como este.
Y creo que el día del juicio final será realmente glorioso, pues la bondad de Dios brillará claramente en todos sus dones de gracia. Algunos de los que ahora son menospreciados y despreciables (y que quizá son pecadores inveterados) reinarán aquel día gloriosamente con sus santos. Y quizá algunos de los que no han pecado gravemente y que ante los demás aparecen como personas piadosas, venerados como buenos por otras personas, se encontrarán en la miseria entre los condenados.
Lo que quiero resaltar es que en esta vida ningún hombre puede juzgar a otro como bueno o malo por la simple evidencia de sus obras. Las obras en sí mismas son otra cuestión. Podemos juzgarlas como buenas o malas, pero no a la persona.

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